La Harpyhaliaetus solitarius, conocida como el águila solitaria se encuentra en peligro, a nivel nacional. Esta ave rapaz muy grande de hasta unos 71cm de longitud con las alas muy largas y anchas y la cola muy corta. Su color es casi negro, con una ancha banda transversal blanca en la mitad de la cola.

Se le encuentra en la vertiente norte de la Sierra Nevada de Santa Marta, la Reserva Forestal Montes de Oca y la Serranía del Perijá, habitando en las colinas y montañas cubiertas de bosques poco intervenidos.

El águila solitaria, anida muy alto en los árboles, en una gran plataforma construida con palitos y ramas secas, en donde pone un solo huevo, que tarda unos 24 días en incubarse. Su dieta incluye lagartos como iguanas, lobos polleros, aves y mamíferos de talla media.

Esta ave se ve amenazada por la destrucción y fragmentación del hábitat, así como por la casa de campesinos que la consideran un peligro para el ganado.